El conflicto inevitable

Stephen, déjeme que le exponga mi situación. Mis investigaciones incluyen desde luego la interpretación de la conducta del robot bajo el aspecto de las Tres Leyes robóticas. Aquí, sin embargo, tenemos unas máquinas calculadoras increíbles. Son cerebros positónicos y por consiguiente obedecen las Tres Leyes. Pero carecen de personalidad; es decir, sus funciones son sumamente limitadas... Tiene que ser así, puesto que están especializadas en este sentido. Por consiguiente, hay muy poco margen para la reacción a las Leyes, y mi método de ataque es virtualmente inútil. En una palabra, no creo poderlo ayudar, Stephen.

El Ordenador se echó a reír.

--A pesar de todo déjeme que le diga el resto. Déjeme que le explique "mis" teorías, y quiz entonces pueda usted decirme si son posibles a la luz de la robopsicología.

--Con mucho gusto. Siga adelante.

--Bien; puesto que las máquinas dan una respuesta errónea, partiendo de la base de que no pueden cometer error, sólo existe una posibilidad. !"Se les dieron unos datos erróneos"¡ En otras palabras, la perturbación es humana, no robótica. Así es que, al efectuar mi reciente gira de inspección interplanetaria...

El conflicto inevitable. Isaac Asimov, en Yo, Robot

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